Preguntar si la amabilidad debería desempeñar un papel en la medicina, y si se debe pedir a nuestros médicos que sean amables, parece una pregunta redundante: parece que cualquier persona debería responder que sí. Sin embargo, el Dr. Edwin Jesudason señala que al elegir ser amables, también podríamos tener que elegir a quién debemos ser amables y en qué medida. La amabilidad, argumenta, podría provocar daños y irregularidades debido a su naturaleza discrecional.

Responder si esto es cierto nos anima a recurrir y examinar lo que queremos decir con «amabilidad», y lo que abarca este concepto. En comparación con otros conceptos como la empatía o la compasión, la amabilidad sigue siendo relativamente poco estudiada en la literatura filosófica y bioética. Sin embargo, existe cierta evidencia empírica sobre qué papel puede desempeñar la amabilidad, la empatía y la compasión en la medicina. Por ejemplo, los pacientes que perciben que sus médicos son empáticos tienen mejores resultados, aunque los simples actos de amabilidad pueden ayudar a difundir las emociones negativas asociadas con asuntos complicados como el diagnóstico del cáncer. Una relación amable y de apoyo puede reducir el estrés, promover un mejor funcionamiento inmune y mejor salud mental. Además, respondiendo parcialmente a las preocupaciones recientes sobre el agotamiento y el estrés de los médicos, particularmente a la luz de la pandemia COVID-19, se han realizado algunos estudios preliminares sobre la meditación de bondad amorosa para los médicos con el fin de promover la resiliencia y el estrés.  Si bien estos estudios empíricos no describen qué la amabilidad es per se (y los problemas que la acompañan), se orientan hacia su importancia potencial para la atención médica en general.

Como el Dr. Jesudason lo ha hecho, examinar la amabilidad más de cerca nos lleva a cuestionar qué dilemas éticos puede traer, pero también debemos esforzarnos por ver qué beneficios puede haber. En muchos lugares, la atención médica se ha vuelto cada vez más desinfectada y burocrática, una dirección que muchos no han recibido. Examinar la amabilidad y otros elementos fundamentalmente humanos puede ayudarnos a mejorar nuestra práctica de la medicina. Dibujando el trabajo del Dr. Lisa Bortolotti y Kathleen Murphy Hollies, sugerí que la curiosidad podría ser una virtud valiosa en los encuentros médico-paciente. Otros, como la honestidad y la humildad, también pueden desempeñar un papel indispensable.

Finalmente, puede ser interesante examinar el hecho de que muchos otros elementos de la medicina también son de naturaleza discrecional. Por ejemplo, si un médico confía en la explicación de sus síntomas por parte de un paciente esto es altamente subjetivo. Un médico puede optar por no creer la historia de un paciente debido a su género, raza o algún otro factor: tener confianza en la perspectiva de uno es a menudo un privilegio en la medicina que solo se extiende a algunos pacientes. Se necesita una discusión más amplia sobre el medio ambiente que fomente estas discrepancias.

(Katherine Cheung. Departamento de Bioética, Universidad de Nueva York).

(Fuente: https://blogs.bmj.com/medical-ethics/)

Por JL. Nava

Autor.

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